Este molusco bivalvo, perteneciente a la familia Mytilidae, no solo es famoso por su exquisito sabor, sino también por su importante papel en el ecosistema marino. Estos animales son filtradores por naturaleza, alimentándose de fitoplancton y materia orgánica en suspensión en el agua. Esta capacidad no solo les permite nutrirse sino que también contribuye a la limpieza del agua, filtrando y purificando su entorno natural.
Además, los mejillones desempeñan un papel crucial en su hábitat, formando comunidades densas que ofrecen refugio y alimento a una gran variedad de especies marinas. Su presencia en los ecosistemas costeros es un indicador de la salud ambiental de estas zonas.
Los mejillones son un superalimento del mar. Bajos en calorías, pero ricos en proteínas, ofrecen un perfil nutricional impresionante. Unos 100 gramos de mejillones proporcionan aproximadamente 86 Kcal, pero lo más destacable es su alto contenido en ácidos grasos Omega-3, vitales para la salud cardiovascular.