En forma es similar al langostino de Sanlúcar pero un poco más pequeña. Cuando aún está viva es casi trasparente con un tono anaranjado, al cual va tornando una vez pasan las horas. Se la denomina gamba blanca de Huelva siendo de color naranja clarito.
Su carne blanca, suave, fina y elegante nos hace degustar un trozo de mar por cada bocado, especialmente cuando la preparamos a la plancha, la cual respeta y potencia al máximo todo el sabor de este marisco. Aconsejamos siempre que se cocine poco hecha y disfrutar al máximo el exquisito «caldo de mar» que guarda su cabeza. Generalmente se va a encontrar con una sombra verde oscuro desde la cabeza a la cola por la parte superior, eso es la hueva o famosa beta de la gamba; una característica que sirve a modo de certificado de Denominación de Origen ya que confirma que la gamba blanca que usted va a consumir es de nuestra costa y no de otras, donde el valor gastronómico de este marisco, pese a ser de la misma especie, es infinitamente menor.